Antico Dolo
Taberna de pescado en Rialto de Venecia

Situado en la dinámica zona del mercado de Rialto, corazón de la ciudad, el «Antico Dolo» forma parte integrante de un edificio que data del siglo XV, con la peculiaridad de haber sido ocupado durante siglos por un burdel, ya que el área de Rialto y el cercano Campo di San Cassiano fueron los distritos de «luz roja» durante el gobierno de la Serenissima.
La multiplicidad de vías de acceso al edificio desde varias calles, las numerosas ventanas desde las que las chicas invitadas por la maitresse de guardia a exhibir sus pechos (el cercano «Ponte delle Tette» es famoso) hacen que el destino sea inequívoco a primera vista. De uso .

En función de esto, que es poder refrescar a los clientes probados por las actuaciones recién consumidas en los pisos superiores, se inauguró el Antico Dolo en diciembre de 1434 (fecha exacta que no podríamos definir) ofreciendo a sus clientes carnes, quesos , pero sobre todo la que durante siglos siempre ha sido la auténtica especialidad de la casa: la Tripa de Brawl: diferentes tipos de despojos hervidos según una receta milenaria que todavía hoy se ofrece en el restaurante. En el mostrador fue posible degustar un vino blanco seco procedente de la cercana Dolo, una espléndida ciudad ubicada en la Riviera del Brenta entre las provincias de Padua y Venecia, a orillas del cual fluye el Brenta, el río principal de nuestra región, al que ascienden diariamente los barcos que lo transportan por el río durante cientos de años disfrutando de la vista de las espléndidas villas de Palladio que bordean sus orillas.

Así llegó Chardonnay Bianco a Antico Dolo, propuesto, hoy como entonces, tanto para una simple sombra entre amigos como para acompañar los manjares que la cocina horneaba a todas horas.
Con la caída de la República de la Serenísima y la posterior dominación austriaca, la vitalidad del mercado no disminuyó y por el contrario ofreció cada vez más empleo de modo que en esos años las personas empleadas en el mercado mayorista de pescado y verduras eran miles. ; todos obligados a despertar a las dos de la madrugada y consecuentemente hambrientos como lobos ya a media mañana: ¡callos para todos!

Entre los años sesenta y setenta, tras el éxodo a la cercana Mestre que, con la llegada del centro industrial de Porto Marghera, ofrecía sin duda un alojamiento más nuevo pero objetivamente más desolador, Antico Dolo experimentó un período oscuro hasta que en el verano de 1989 mi familia se hizo cargo. comprometiéndose con el propietario a mantener la misma línea de vino y comida, de lo contrario el Sr. Piero nunca nos lo daría.
El mantenimiento continuo en el mobiliario, en la elección de los platos, para mantenerlo como siempre ha sido a lo largo de los siglos son para nosotros una apuesta precisa, encaminada a mantener ese estilo veneciano compuesto de pequeñas y grandes tradiciones absolutamente para ser celosamente preservado y entregado a Giulia y Camilla, mis pequeñas hijas que por el momento resultan ser «de boca bona».

Desde principios de los noventa nos hemos convertido en un punto de referencia también para aquellos turistas amantes de la cocina típica veneciana y que quieran encontrar un ambiente refinado y elegante para sus noches venecianas, pudiendo elegir no solo del menú a la carta, sino también de las muchas ofertas diarias propuestas desde la cocina.